Una vez me contaron que los sueños son mitos individuales y que los mitos son sueños colectivos. Otra, que la vida es sueño. Me pregunto, ¿es la vida un mito?
Lo debe ser, responde mi corazón de hierro; cómo no serlo, si he vivido una odisea digna de aquellos héroes mitológicos y de ensueño de la humanidad:
El Rey Sol vivía plácido y somnoliento en su castillo.
El Rey Sol fue expulsado de su bastión.
El Rey Sol sufrió el acoso de las sombras en los bosques salvajes.
El Rey Sol murió y, al instante, era tragado por el infierno.
El Rey Sol, en su muerte, decidió volver a vivir.
El Rey Sol atravesó el infierno y encontró su salida.
El Rey Sol está a las puertas para reclamar su puesto usurpado.
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